Internos de la cárcel de Arauca no tienen materiales para trabajar. Dicen que les cobran un impuesto por permitir su ingreso y elaborar productos.

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Mientras el Instituto Penitenciario y Carcelario –Inpec- anuncia que en el país 44.931 internos trabajan desde las cárceles y que los sectores productivos del país encuentran mano de obra calificada en los Centros Penitenciarios, en Arauca no tienen con qué laborar.
Según Julio Colina, en el Centro Penitenciario de Arauca, no permiten entran nailon para elaborar chinchorros y otros productos.
“Para poderlo ingresar a los patios hay que pagar un impuesto del 10 por ciento, lo que eleva el valor de 16.500 a 20 mil pesos, para dejarnos sin margen de utilidad al comercializar los productos”, señaló el interno.
Agregó que eso es irónico, pues el INPEC a nivel nacional dice haber encontrado respaldo en los procesos de resocialización e inclusión laboral para las personas privadas de la libertad, celebrando 82 convenios con sectores empresariales, de manufactura e industriales del país.